Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Caos, interpretación y subjetividad en Colombia (página 2)



Partes: 1, 2

Edgar Morin define el caos equiparándolo con el cosmos:
"el cosmos es caos y el caos es cosmos"[4],
concepto de
caos como desorden controlado, orden inacabado donde el movimiento es
su principal factor. Esta agitación permite un reflujo de
energía en lo social y posibilita el cambio, la
transformación, el surgimiento de un nuevo orden.

En estas  situaciones radica la importancia del caos y su
presencia garantiza el desarrollo o
evolución de la sociedad lo
que genera el llamado cambio social.

Los musulmanes
consideran que la diferencia es tan importante como la existencia
de la contradicción tanto en las personas como en la
sociedad. Un mundo sin diferencia está condenado a
desaparecer. Igual que lo estático tiende a anularse por
no ser dinámico la uniformidad social es la antesala del
cambio que supera o anula lo existente. Todo lo que se detiene o
se inmoviliza tiende a dañarse o corromperse.

En la naturaleza las
aguas estancadas o sin movimiento sufren el proceso de
putrefacción al no tener el movimiento que les posibilite
oxigenarse. Cuando aparecen diversas tendencias que se alejan del
orden los detentadores del poder las
señalan como factores que favorecen el caos.

1.1.            
CAOS Y DETERMINISMO.

El descubrimiento de la relación del caos y el
determinismo representa un sustancial cambio en la filosofía de la ciencia al
establecer límites a
la capacidad de predecir comportamientos. Esta puerta abre la
comprensión de la diversidad de fenómenos
aleatorios que suceden en los campos del conocimiento.  La aceptación de este
concepto no es universal en la comunidad
científica. En este sentido prevalece el concepto de la
perfección y la simetría intrínseca que
simplifica la predicción física aun cuando el
comportamiento
aleatorio o desordenado es propio en el movimiento de los
planetas o de
las partículas atómicas.

El desorden que se atribuye al caos no se puede equiparar con
el azar.  La ciencia ha
hecho suyo el credo de que
detrás de los desórdenes aparentes de la naturaleza
siempre existe un orden escondido. Esto es común para los
meteorólogos, un movimiento puede ser de apariencia
errática pero obedece a efectos imprevistos. Este
fenómeno se observa en la economía, en las finanzas, que
es el escenario propicio para relacionar el desorden con la
complejidad de su actividad. El caos determinista implica negar
lo aleatorio para anunciar resultados futuros. "La esencia del
determinismo o la casualidad implica que es posible predecir el
futuro de un sistema si se
conocen en un momento dado las condiciones de los elementos que
lo constituyen"[5].

Usualmente se cree que se supera el temor al futuro mediante
prácticas  de rituales mágico-religiosos
mediante los cuales se busca el control del
futuro al desarrollar la capacidad de predecir. A esta
situación obedece el éxito
de los adivinos que venden la esperanza de un futuro moldeado de
acuerdo a las expectativas de cada persona. Esta
teoría
queda sin un soporte al encontrar que el caos determinista no es
totalmente aplicable a lo social.

El determinismo se apoya en la teoría del derecho
natural que justifica las diferencias existentes al basarse
en la supuesta ley del
más fuerte.  El profesor
Carlos Gaviria Díaz ilustra como Calycles e Hypias
presentan esta diferencia. La disputa de los sofistas en torno de la
Phycis nos presenta a Hypias como precursor de la igualdad en la
naturaleza al considerar que todos nacemos de la misma materia. Esta
tesis es
contraria a la de Calycles que considera la naturaleza
antiigualitaria, razón por la cual se presentan
diferencias entre los hombres.  En esta forma el
determinismo juega un papel importante en la justificación
de las desigualdades sociales.  

1.2. CAOS E INCERTIDUMBRE.

Heisenberg con su principio de la incertidumbre sostiene que
el macro-orden de la naturaleza dependería del macro-caos
de los procesos
íntimos de la materia. Teoría que surge a la par
con aquellas que luchan contra el determinismo en las ciencias
naturales. El concepto de Caos hace que nuestra mirada se
dirija a horizontes trazados por la mitología, la filosofía o la
ciencia.  

MacIntyre considera que  la cultura
contemporánea se caracteriza por un conflicto de
tradiciones[6],
por ello plantea que
cada momento histórico es una manifestación de las
tradiciones que ha asimilado y puesto en práctica la
sociedad convirtiéndose en el  reflejo de su cultura
e indicadores de
las concepciones de la vida y su organización social.  En medio de
estas tradiciones surgen conceptos como derecho y justicia, que
se convierten en determinantes de la
organización social.

 El resultado de esta percepción
de la realidad es el hombre
unidimensional para quien el concepto de bien y mal se constituye
en  el elemento de mayor importancia que le permite
concretar su pensamiento
determinista. Mediante esta dualidad se logra explicar el caos en
forma sencilla, calificándolo de manifestación del
mal. Esta manera simplista de ver la realidad posibilita la
aceptación de verdades fabricadas. En medio de esta
cultura unidimensional la palabra se usa para ocultar la verdad y
no para decirla.

La ideología oficial se encarga de crear una
idea de la realidad que favorece sus intereses particulares. Para
lograr este fin generan comportamientos sociales que va
consolidando mediante la manipulación manejo de la
comunicación. Con las estrategias
persuasivas se crea un pensamiento apoyado en la tradición
que ancla al hombre con el
pasado para lograr la total aceptación del orden social
que favorece unos intereses particulares. 

Esta situación permite el desarrollo de una sociedad
que percibe el mundo como un todo inmutable. Cuando el poder se
enfrenta a la perdida de control del en determinadas esferas de
la sociedad se califica toda situación que escapan del
control del poder como una situación de
anarquía[7]. Esta  forma de
indicar  que la sociedad se sumerge en el completo caos se
usa para definir situaciones fuera del control oficial o
dominante.  Esta concepción surge bajo
parámetros creados en forma ideal. Esta es la manera de
poner en escena las figuras del desorden olvidando que lo real se
construye y que solo la incapacidad y la impasividad llevan a una
sumisión desamparada[8].

Percibir la realidad en esta dimensión permite la
apertura de la mente a amplios horizontes que dan las bases para
identificar los desequilibrios complementarios, los momentos de
creación y de desarrollo que alejan la concepción
simplista que no interpreta, tan solo explica mostrando los
hechos como producto del
azar, del determinismo o del desorden. Se presenta la 
probabilidad  de definir algunas situaciones
de la sociedad, pero se hace imposible predecir derroteros en lo
social. No hay posibilidad de encontrar una trayectoria, solo
es posible definir un 
horizonte[9].

 Es en esta forma que a mediados del siglo XIX el
desarrollo  de las ciencias
naturales se logra  con la destrucción del antiguo
determinismo, afrontando la difícil relación que
encontramos entre el orden y el desorden.  Pero es
imposible, tanto en el dominio del
conocimiento del mundo natural como en el del conocimiento del
mundo histórico o social, reducir nuestra visión,
sea al orden, sea al
desorden[10]

El orden se debe reconocer en  diferentes escenarios ya
que se ha vuelto complejo. Encontramos diversas formas de orden,
ya no es anónimo y general, se encuentra unido a
singularidades que implican que esta misma situación lleve
a considerar su universalidad de carácter singular. Nuestro propio universo se
concibe como singular debido a su nacimiento. Se desarrolla en
forma singular, el llamado orden que identificamos en él
no es diferente a sus particulares situaciones que lo llevaron a
transformarse y convertirse en este singular universo.

Esta idea de orden conduce a la de organización. En
efecto,  se puede concebir el orden singular de un sistema
como la estructura que
lo organiza[11]. Idea que
requiere
establecer una relación dialógica con el desorden
que no puede ser identificado con el caos.

1.3VIOLENCIA Y CAOS

La violencia
puede ser vista como una reacción a situaciones sociales
concretas presentándose como una forma organizada y
transformadora o continuadora y legitimadora de la realidad
social. En el primer caso se convierte en el factor que
posibilita los cambios que requiere la sociedad mediante una
legitimación del éxito de su
proyecto
transformador. Esta es la base de la teoría revolucionaria
de las organizaciones
políticas que se alzan en armas y dan una
lucha de guerrillas.

El segundo caso presenta la reacción de los marginados,
quienes se organizan en pandillas, persiguen un lucro, una
acumulación que se transmuta en poder, su ideal no es
cambiar la sociedad,  por el contrario, la reproducen al
convertirse en multiplicadores del consumo
enfermizo. Este hecho legitima el poder y las relaciones
sociales. La violencia organizada en pandillas o grupos
delincuenciales logra incrustarse en esferas de la sociedad a las
que corroe el dinero
fácil. La violencia, sea de uno u otro factor, genera
nuevas formas de organización que son vistas por los
detentadores del poder como fuente de caos y productoras de
desorden. Por esta razón se lanza la idea que se deben
combatir o exterminar para acabar con los males de la
sociedad.

Concebir la violencia como el origen de los problemas
sociales y generadora del desorden conduce a confundir la
causa con el origen. Esto permite presentar la violencia como una
epidemia. El desorden  se muestra como algo
que debe ser controlado por que es el factor que genera inseguridad
social.  Aunque ha sido imposible eliminar la violencia de
la humanidad su presencia se traduce en cambios sociales
 convirtiéndose en el motor de
desarrollo y cambio. El poder esta presente en esta forma de
imponer las ideas mediante la fuerza o las
armas. El hombre no acude a la razón si es una violencia
sin fundamento. Cuando la violencia es parte de un proyecto
político es vista como un medio y se convierte en la forma
de extender la política a las
acciones
armadas.

Las sociedades de
la modernidad deben
su desarrollo a la violencia, ella se hace legitima cando es
producto de acciones fundamentadas en la ley. El monopolio de
las armas se hace exclusivo para el estado y el
ejercicio de la violencia es aceptado dentro de parámetros
establecidos y basados en los derechos humanos.
En la sociedad se dan otras manifestaciones de violencia, como
son el caso del vandalismo y el de la violencia que es aceptada
socialmente, esta es la violencia que encontramos en el empleo de la
fuerza como factor de educación, con el
agravante de hacer extensiva esta práctica al hogar
ejerciéndola contra de los miembros del núcleo
familiar. Esta violencia obedece al hecho de ser asimilada como
factor de desarrollo y control social.

La identificación del caos con la violencia facilita la
creación de un enemigo, orientando a la sociedad en contra
del factor que  "supuestamente" desestabiliza el orden.
 Esta creación hace parte del imaginario que esta
presente en las sociedades. "El poder no se puede sostener
únicamente por las bayonetas, requiere de la
ficción, de la imaginación y del
imaginario"[12].

El caos presentado como producto de situaciones que se elevan
a la categoría del mito. En esta
forma observamos como van cambiando el personaje presentado como
el enemigo del orden social. En Norteamérica se desarrolla
el imaginario de un indio enemigo, violento y perturbador. Este
personaje se cambia por el comunista ateo, ahora tratan de
imponer la idea del musulmán despiadado, machista,
fundamentalista y terrorista. El fondo de estas creaciones
encierra el propósito de ocultar la verdad; el motor de
estas creaciones son los intereses particulares de quienes crean
el imaginario. 

En Colombia se ha
creado el mito que la situación social y las profundas
desigualdades, obedecen a la existencia de la guerrilla como
único factor desestabilizador al impedir la inversión
extranjera que supuestamente traerá  la
prosperidad y la  paz.  Los últimos
escándalos han dejado ver otros factores de
desestabilización, como son el narcotráfico, los grupos armados que surgen
de esta actividad y que son llamados paramilitares y la corrupción. Pero siempre se dejan estos
factores como simples personajes aislados presentes en la
sociedad de manera intermitente generando un mínimo de
caos.

Este análisis es superficial al no contemplar el
origen de estos grupos escondiendo las profundas diferencias
sociales, un  ejemplo lo encontramos en el caso de los
dueños de los bancos; acumulan
billones de pesos en "ganancias", que no son logradas por la
prestación de un servicio sino
que se obtienen por la más descarada actividad al quitar
el dinero de
las personas bajo el pretexto de cobrar por el servicio.  En
Colombia tenemos un caso único en el sector financiero.
Las personas que tienen una cuenta en un banco pagan para
que les reciban su dinero y pagan si quieren retirarlo. 
Esta es una de las situaciones que se  convierte en la
fuente de profundas desigualdades, traducidas en
acumulación y marginación, factor que permite el
desarrollo de movimientos sociales que buscan nuevas formas de
expresión.

 Dentro del Estado surgen
otras formas de relación social bajo parámetros
más justos que posibilitan una superación de
algunas deficiencias en lo social. Este es el caso de lo
comedores comunitarios los cuales son vistos como paliativos de
carácter populista al no generar conciencia ni
atacar el origen del problema. Las nacientes organizaciones de la
población en comunidades de paz son vistas
como movimientos sociales al margen del orden social. Esto motiva
que se persigan al señalarlos como causantes del desorden
social o contribuir con los grupos que siembran el caos en la
sociedad.  La violencia oficial se impone con doctrinas como
la seguridad
democrática que pretende acabar con el supuesto factor
desestabilizador y generador del desorden social. Esta
teoría no ataca el origen del problema y por esto la
política se basa en la fuerza sin contemplar una real
inversión en lo social.

1.4.  CAOS Y AZAR

El azar se  tiene como lo opuesto al determinismo, lo
aleatorio obedece a causas independientes. Al considerarlo como
la independencia
del pasado y del futuro remite a un presente ajeno a la historia.  En nuestro
universo no existen series causales independientes, todo es
producto de todo en una integración de causas y efectos que se auto
alimenta, se proyectan y transforman. Esta forma de movimiento no
se considera para algunas situaciones de la vida social, es el
caso de los llamados juegos de
azar, la diferencia entre estas dos categorías, universo y
juegos, radica en "no ser capaces de predecir  los
resultados individuales de las tiradas de un
dado"[13].  Predecir implica la existencia de
leyes y
condiciones iniciales, la carencia de estas dos condiciones nos
pone en el terreno de lo aleatorio, del azar.

Al enfrentar situaciones sociales que no han sido predecidas,
surge la idea de estar frente a un momento de desorden, de caos,
 el cual es considerado producto del azar. Esta forma de
percibir la realidad, lejana de la real interpretación, cae en el campo de la
explicación, de la mera especulación, niega la
existencia de causas que originan el momento histórico,
centran el análisis en las consecuencias originadas por
estas causas.

Considerar que los fenómenos que escapan al control de
las orientaciones trazadas por los detentadores del poder, son
resultado de situaciones de azar, generadoras del desorden o
caos, hace posible señalar como el origen de la
situación social a sus consecuencias. Este juicio abre el
terreno a especulaciones y justificaciones que alejan al individuo de
un análisis serio de la realidad, siendo fácilmente
manipulado en sus opiniones, domesticado en sus costumbres y
doblegado ante el poder.

"De igual modo que el orden no se identifica con el
determinismo de las leyes generales que rigen la naturaleza, el
desorden, aunque siempre lo comporte, no se identifica con el
alea o el azar. El desorden no es una noción
simétrica al orden. Es un macroconcepto que, al mismo
tiempo que
contiene la idea de alea siempre, puede comprender bien sean las
ideas de agitación o de dispersión, o bien la de
perturbación / accidente"[14]. 

El desorden se presenta como una noción compleja, es el
encuentro entre muchos azares, series causales deterministas de
orden diferente[15], consideradas generadoras del
caos.  Pero no se tiene en cuenta su complejidad, que nos
permite interpretar los fenómenos sociales en toda su
compleja dimensión.

2. LA
SOCIEDAD COLOMBIANA Y EL CONCEPTO DE CAOS. 

Colombia vive una dualidad conceptual de la realidad; de una
parte se reclama velocidad,
simplificación de procesos, resultados inmediatos,
soluciones sin
mayor esfuerzo. Todas son ideas que se apoyan en una supuesta
modernización de la vida de los sujetos. Frente a este
panorama se presenta el anquilosado discurso
político con prácticas politiqueras populistas o
demagógicas, generador de una forma de percibir la
política como algo ajeno a la vida de los miembros de la
sociedad. Los medios de
comunicación entran a jugar un importante papel en la
formación ideológica, generada por intereses
particulares de personas que desean perpetuar la situación
social de crisis.

El origen de las profundas diferencias sociales no se deben
buscar en las manifestaciones o reacciones de las personas ante
esta realidad, el origen se encuentra en diferentes
fenómenos que hacen posible una sociedad estructurada en
enormes desigualdades sociales;  conglomerados de personas
sumidas en el atraso tecnológico o, con una vida que se
aproxima al concepto de dignidad,
frente a una minoría que vive en una abundancia tal que
produce enormes vacíos existenciales llevándolos a
buscar la solución en terrenos del consumismo enfermizo o
en la autodestrucción.

La saturación que produce vivir reducidos a ser simples
espectadores de la realidad social, sumada al hecho de sentir que
se es invitado a la sociedad sin posibilidad de participar
activamente en la orientación de sus políticas,
genera un sentimiento de marginación, el individuo se ve
reducido al simple papel de espectador, de mero consumidor. Esto
origina reacciones de sectores de la sociedad, que en forma
desorganizada, espontánea, sea violenta o no, se
manifiestan en contra de la realidad.

En ocasiones estas manifestaciones son en forma organizada, en
general no pasan de ser movimientos contestatarios de la
realidad. El surgimiento de nuevas organizaciones que desconocen
las políticas "oficiales" genera un lenguaje de
Estado que coloca a estas organizaciones alternativas en el
terreno de la ilegalidad y la ilegitimidad. Se habla de
organizaciones al margen de la ley, presentándolas como
factores de desorden social, producto del  capricho de
algunos individuos. En esta forma se resta contenido
político y social a estas manifestaciones de
inconformidad.

El control de la situación generada con la
aparición de estas organizaciones se intenta con medidas
de fuerza. Sectores privilegiados de la sociedad crean grupos que
se convierten en un nuevo Estado dentro del Estado, sin pretender
derrocar o cambiar a los dirigentes o a las instituciones.  A los movimientos que
desbordan el llamado marco constitucional, se les señala
como los causantes del desorden  o de la situación de
caos.

Este argumento se tiene como suficiente para justificar
políticas mediante las cuales se persuade que ésa
es la forma de "combatir" formas organizativas
desestabilizadoras. La "defensa del orden" es suficiente para
perseguir nuevas formas de organización social. La
interpretación que hacen las personas que tienen el poder
carece del concepto de justicia social, se reduce a la defensa de
sus intereses particulares en nombre de la defensa de la
sociedad.

Esta forma simplista de considerar que el desorden representa
el caos, permite descalificar nuevas formas organizativas que
escapan del control central, impone la idea que toda
reacción, toda organización de la sociedad en
contra del orden existente es la única  responsable
del caos, no se reconoce que estas nuevas formas organizativas
son el  producto de la nula exclusión
social, de la deficiente participación social. La idea
de acabar con estos focos de desorden permite  combatir y
aniquilar a sus miembros con el beneplácito de la
sociedad, se cree que esa es la forma como se "extirpan" 
los males de la sociedad.[16]

El temor al caos, al desorden, es reforzado con la religión, en especial
la cristiana que presenta toda forma organizativa social,
desarrollada como alternativa en contra de las medidas
antipopulares del estado, como las responsables de generar la
crisis  social. Es fácil identificar a estas nuevas
organizaciones como la manifestación del mal, de lo
irregular señalándolas como ilegales al decir que
desbordan los limites impuestos por el
poder. El rechazo a todo lo nuevo esta presente, razón que
nos explica el motivo por el cual nuestra sociedad se caracteriza
por ser de corte tradicional en la organización y
funcionamiento de sus instituciones. 

Mantener una organización social que afecta los
derechos
fundamentales de las mayorías, condenándolas a
vivir una vida indigna,  exige que las personas que son
victimas de esta situación se encuentren convencidos del
hecho que su situación no se puede mejorar por otros
medios que los
trazados por los detentadores del poder y  que su
situación es algo natural o apenas normal.

Las mayorías se desarrollan sin esperanzas en su
futuro. Consideran que la política es una actividad ajena
a sus vidas, para ellos incursionar en  la política
es visto como una "intromisión"  en asuntos que no
les compete, hecho que los convierte en generadora del caos que
vive la sociedad.  Esta situación, sumada al
desencanto que produce el político elegido, genera
apatía en la participación en la vida
pública. El hombre reduce su mundo a lo privado. Para
lograr la aceptación de  una idea tan excluyente se
acude a diferentes métodos,
uno de ellos es utilizando la comunicación. La persuasión juega un
papel fundamental en este proceso. Mediante una
comunicación se logra convencer a los habitantes que las
profundas diferencias que se viven en la sociedad obedecen al
desorden, el cual es el  producto de factores externos a los
centros de poder.

La manipulación de la comunicación persuasiva
permite crear realidades "virtuales". El mito entra a jugar un
papel  importante en este proceso, permite desarrollar la
figura del enemigo, estrategia que
facilita dejar de lado el análisis de las contradicciones
sociales y centra el discurso en acciones conducentes a la plena
identificación y destrucción del supuesto enemigo.
Una vez se persuade de la existencia del enemigo, señalado
como el único culpable de no poderse emprender el
desarrollo de la sociedad, se legitiman acciones que permiten un
control total, una dominación de las mentes, creando el
paradigma del
pensamiento unidimensional.  

3.  EL CAOS FRENTE
A
LA INTERPRETACIÓN Y LA SUBJETIVIDAD

El nuevo imaginario de lo social se aprecia en lo cotidiano y
en lo estatal. Un ejemplo lo encontramos en la sentencia de la
Corte Constitucional, que se caracteriza en sus fallos de
tutela por
desviar el real origen del conflicto. Como ejemplo traemos la
sentencia T – 025 de 2004 en la que se obliga al estado a brindar
la atención humanitaria debida a las personas
que se encuentren en situación  de desplazamiento,
garantizándoles las condiciones mínimas de
seguridad para facilitar el retorno a sus tierras. No se
encuentra un pronunciamiento sobre los factores que generan el
desplazamiento. Su concepto del problema es lo establecido en la
ley 387 de 1997 que señala el desplazamiento como producto
de las amenazas que sufren las personas, las que son obligadas a
migrar dentro del territorio nacional debido a que su integridad
física, su seguridad o libertades personales han sido
vulneradas o se encuentran directamente amenazadas. Este
argumento coloca la amenaza a las libertades individuales, por
acción
de grupos armados, como el origen del desplazamiento. 

Observamos que se presentan las consecuencias del conflicto
social como las causas que lo originan.  La
interpretación es la gran ausente en estos fallos donde
reinan explicaciones o justificaciones de una realidad
social.

La teoría de la seguridad nacional, sin ser una
propuesta política de contenido social, es aceptada por la
mayoría de los habitantes, se persuade que con esta
propuesta se permite la construcción del camino para "restablecer
el orden", el cual se  considera atacado por acción
de grupos armados que atentan contra la llamada estabilidad
nacional. 

En ese orden de ideas es fácil creer en la
solución planteada por los detentadores del poder, para
quienes las profundas desigualdades sociales que aquejan a las
mayorías no existen, para ellos el individuo debe
incrustarse en su economía. El momento actual marca un ascenso
de las políticas neoliberales las cuales han logrado un
grado de "éxito probablemente jamás soñado
por sus fundadores, diseminando la simple idea de que no hay
alternativa para sus principios, que
todos, partidarios y opositores, tiene que adaptarse a sus
normas"[17]. En esta forma es "el
propio neoliberalismo
el que convierte en cultura su desastre"[18].

La idea de caos permite elevar a la categoría de mito
algunas situaciones que son presentadas como la 
solución del problema social. Restablecer el orden, es el
concepto que "toca las cuerdas más sensibles de deseos y
esperanzas con un complejo de mitos e ideas
completamente irracionales. (…) Una vez más, el
mito opera como movilizador, (…) y como pantalla que
oculta la realidad"[19].

Esta visión de la realidad se logra unificando las
lecturas que se hacen de la realidad, aún teniendo que
acudir a cifras manipuladas. "Las cifras de la Agencia
Presidencial para la Acción Social, habla de un total de
1.796.452 desplazados, a junio de este año en el
país, mientras la Consultoría para los Derechos Humanos y el
Desplazamiento CODHES, demuestra la existencia de 3.000.428
personas  que viven bajo esta
situación"[20]. Esta forma de crear
realidades fue propia del régimen nazi, "Goebbels
conocía muy bien la importancia de una mentira repetida
sin cesar, en este caso, la falsedad del rumor, perversamente,
reforzaba"[21] la intención del gobernante
de mostrar una realidad que favorece sus orientaciones
políticas e intereses particulares.

En nuestra sociedad se repite la idea de  caos como
manifestación del desorden que existe en algunas esferas
de la vida pública. No se tiene en cuenta que los
fenómenos sociales se deben interpretar, contrario a los
fenómenos de la naturaleza que permiten ser explicados. Es
común aceptar las justificaciones, carentes de
interpretación, pensando que la realidad es como se
presenta en los discursos,
 no como se vive a diario. La sociedad se  organiza
sobre la base de un derecho represivo, defensor del orden social,
que permite el predominio de un racionamiento débil. En
esta forma es fácil aceptar que  los hechos responden
a las justificaciones que se presentan y no a la realidad. El
conflicto que se vive en Colombia no se puede reducir a simples
acciones aisladas de factores ajenos al origen de los mismos
conflictos. La
mayoría de conflictos surgen por el sentimiento de
anomia[22] que generan diferentes reacciones en
los asociados.  La impunidad y la
corrupción
generan sentimientos de frustración en las personas que
someten sus actuaciones a lo establecido en la ley, Los
sentimientos de agresión o de actuar en respuesta a este
nuevo orden permite que el individuo incursione en conductas,
vetadas en su vida por tratar de vivir en el deber ser que impone
la ley.

Ante este panorama se sienten el desencanto por encontrar que
el mundo esta desorganizado en las soluciones sociales, pero muy
estructurado en la defensa del capital. En
este panorama queda desvirtuada la idea que el esfuerzo
individual y la capacitación o calidad del
trabajo del
sujeto es el camino que lleva al progreso individual. 

Vivir esta realidad produce un rompimiento de la obediencia
a  las normas sociales, no con la intención de
modificarlas, solo con el objetivo de
incrustarse en esta nueva forma de organización, esto se
ve como la posibilidad de ascenso, fortaleciendo la
corrupción y la impunidad. En este sentido la lectura que
hace el sujeto de su realidad es equivocada, su nula
interpretación lo lleva a moverse en el camino de la
justificación,  incursionar en el mundo de la
corrupción rodeado de corruptos genera un ambiente
propicio para estar encontrando a cada paso respaldo a esta forma
de vida. Es el triunfo del individualismo, que es precisamente,
fundamenta la anomia por la auto exclusión física o
simbólica que implica esta opción.  

La subjetividad presente en la vida nacional, motiva el auge
de explicaciones aceptadas por las mayorías. Ilustremos lo
dicho citando las siguientes explicaciones: "La ausencia de
información sobre las posibilidades que
brinda nuestro marco jurídico para ejercer el control
social, hacen que la ciudadanía no utilice de manera adecuada
los espacios de participación"[23].
 Apreciamos que el citado análisis no interpreta
correctamente el  fenómeno de la corrupción,
tan solo brinda una solución de carácter
jurídico. Esta visión obedece al concepto de
considerar que el derecho es el centro de toda
organización social. Esta forma de entender la vida en
sociedad niega otros mecanismos de participación ciudadana, los  que no
necesariamente deben estar en un marco legal. La desobediencia
civil o la resistencia a
consumir determinado producto son mecanismos que puede utilizar
la sociedad para rechazar diferentes situaciones con las que no
están conformes. La corrupción es un
fenómeno  complejo, encierra diferentes esferas de la
sociedad, no puede ser reducido a la simple promulgación
de normas o la penalización de conductas. Recordemos como
la participación ciudadana ha sido filtrada por la
corrupción, y se hace presente en los diferentes niveles
de la sociedad.

En el informativo de la Universidad
Pontificia Bolivariana, encontramos el siguiente texto: "Por el
derecho a la tranquilidad en los claustros educativos, la UPB
rechaza cualquier  forma que atente la integridad de las
universidades"[24]. Se hace alusión al
atentado del carro bomba en las instalaciones de la universidad
militar. Los directivos de la universidad no plantean el tema de
la paz, solo se  reduce su demanda a que
los dejen "tranquilos". Lo que se puede interpretar como una
total desconexión con la realidad social.

El texto desconoce que una sociedad sumida en la anomia genera
ansiedad en sus asociados. La violencia se presenta como una
forma de aplacar la ansiedad, convirtiéndose en un ciclo
que exige, cada vez, mayores niveles de violencia. Pero entender
la violencia como el solo accionar de armas o estallido de
pólvora es una forma simplista de ver la realidad. La
relación del sujeto con el estado puede ser violenta
cuando enfrenta un estado corrupto.

Acudir ante jueces parciales, que juzgan llevados por
prejuicios o, por la subjetividad, es en sí violento.
Existe terrorismo al
encontrar miedo intenso, el temor a enfrentar funcionarios
subjetivos, arbitrarios, que abusan del poder hace que estemos en
un estado de terror, las masacres en nombre de la defensa de la
democracia
también son actos terroristas, generan terror. El mito del
terrorismo como manifestación de ataques mediante el uso
de explosivos que  causan daño o
muerte, es una
idea fundamentada en la persuasión y la subjetividad. Las
causas de estos fenómenos es borrada  con el
señalamiento de los enemigos, a quienes se les hace ver
como los únicos responsables de la ocurrencia de estos
hechos. "La verdad no es inalterable, sino frágil,
(…) este descubrimiento, como el del escepticismo, es uno
de los más grandes, de los más bellos, de los
más emocionantes del espíritu
humano"[25].  La interpretación puede
ser una herramienta que nos permite encontrar la verdad, para
lograrla se debe acudir a una argumentación con bases
ciertas y sólidas. 

Acabar con la especulación es el primer paso para
romper el paradigma imperante, un proverbio Etiope dice que "el
tallo de la verdad puede adelgazar, pero no se quiebra". El caos
elevado a la categoría de mito, logra adelgazar el tallo
de la verdad, impone la idea que el desorden es el origen de
todos los problemas
sociales, pero no logra persuadir a la totalidad de habitantes de
una realidad virtual.

CONCLUSIONES

En el presente trabajo pretendemos demostrar que el caos es
utilizado  como manifestación del desorden social. La
interpretación es la gran ausente en la vida de la
sociedad, el concepto que prevalece sobre el caos es ajeno a su
verdadero significado. Reducir el desorden a manifestación
del caos implica la imposición de la subjetividad en el
análisis de la sociedad. Los fenómenos sociales no
obedecen a simples caprichos o desviación de la conducta de
pequeños grupos desadactados, como son presentados para
justificar las enormes diferencias existentes en la sociedad.
Estas diferencias no se originan en el caos o en el desorden, es
producto de relaciones que involucran diferentes factores como;
el político, el económico, el social, entre
otros.

La violencia no se puede seguir viendo como la causante del
desorden y generadora del caos. Es necesario romper el paradigma
existente para fundar un nuevo pensamiento multidimensional.
Observar e interpretar la realidad en forma objetiva permite
encontrar la solución real a los problemas. La
construcción de imaginarios que favorecen sectores
privilegiados no es el camino para la construcción de la
sociedad en la que prime el sentido social, donde el ser se
convierta en el centro de atención del estado y no que sea
el Estado un ente que debe ser protegido por encima de los
derechos de sus asociados.

El rompimiento del paradigma nos debe llevar a superar el
pensamiento legalista y el exceso de normatividad que existe
actualmente. Un estado produce normas en proporción a las
desigualdades que quiere ocultar. La sola producción de leyes no es el camino para
superar la crisis social. "La política al volverse una
dimensión de la economía se pone en contra de lo
social"[26]. Esta puede ser la razón para
que se busquen justificaciones donde deben aparecer
interpretaciones, encontrando una sociedad sumida en el
imaginario de enemigos fabricados con atuendos de terroristas,
cuando lo más aterrador es el hambre o la exclusión
y la profunda desigualdad
social frente a una acumulación patológica.

El caos es una forma de organización que contradice
otras formas de organización, el caos es
contradicción, movimiento, una sociedad que se vuelve
estática se condena a desaparecer. Es
preciso estimular la diferencia, la contradicción y la
imaginación para genera nuevos paradigmas.

BIBLIOGRAFÍA

1. Libros.

Balandier, Georges, El Desorden, La teoría del caos y
las ciencias
sociales, Gedisa, Barcelona, 1999.

Fueyo Gutiérrez, Aquilina, De exóticos
paraísos y miserias diversas, publicidad y
reconstrucción del imaginario colectivo sobre el sur,
Icaria, Barcelona, 2002.  

Grave, Robert, Los mitos hebreos, Losada, Buenos Aires.
1994.

Huici Módenes,  Adrian, Los heraldos de acero, La
propaganda de
guerra
sus medios. Comunicación
Social, Sevilla, 2004.

Huici Módenes, Adrian, Estrategias de la
Persuasión, Mitos y propaganda política, 
Alfar, Sevilla, 1996.

Mac Liman Adrián, El caos que viene, enemigo sin
rostro, guerra sin nombre, editorial popular, Madrid,
2002.

Mejia, Oscar, El Derecho de los Pueblos, John Rawls,
Universidad de los Andes, Bogotá, 1993.

Morin, Edgar, Ciencia con consciencia, Anthropos, Barcelona,
1984.

Olson, David, El mundo sobre el papel, El impacto de la
escritura y la
lectura en la
estructura del conocimiento, Gedisa, Barcelona, 1ª
reimpresión, 1999.

Ossa Carlos, Saberes académicos y modernización.
Norma, Bogotá, 2003.

Rorty, Richard, Contingencia, ironía y solidaridad,
Paidos, Barcelona, 1991.

Schifter Isaac, La Ciencia del Caos,
reimpresión, Fondo de Cultura Económica, México,
2000.

2. Revistas y artículos

Gónzalez v., William, Deleuz e/ Gautari, Caos 
filosófico y Control por el
Lenguaje,
en Revista
Praxis
Filosófica, Nº 15, Santiago de Cali, Universidad del
Valle, 2000.

Perry, Anderson, Balance del neoliberalismo: lecciones para la
izquierda. La izquierda ante el fin del milenio, En
 Cuadernos de la invención y la Herencia Santiago
de Chile
, Ed. Lom – Arcis, 1996.

Poveda Maria Alejandra, Aguilar Yuly, "El desplazamiento una
bomba, publicado en Ventana Universitaria, Órgano de
publicación de la Universidad Cooperativa de
Colombia, año 1, número 1, p. 10.

Participación Ciudadana, Clave contra la
corrupción, En,  Acción, Revista de la
Cámara de
Comercio de Cali, Nº 048, mayo de 2004, P. 8.

Universidad Pontifica Bolivariana, Informativo Brújula,
Nº 36, noviembre de 2006, p. 3.

 

 

Autor:

Diego Orlando Bernal Sánchez

Abogado con Especialización en Filosofía del
Derecho y Teoría Jurídica, conferencista de la
Corporación para el Desarrollo de la Educación
Solidaria CORDES.

Colombia

[1] Schifter Isaac, La Ciencia
del Caos, 1ª reimpresión, Fondo de Cultura
Económica, México, 2000, Pág. 15, .
2001,   Pág. 15.

[2] Balandier, Georges, El Desorden, La
teoría del caos y las ciencias sociales, Gedisa,
Barcelona, 1999, p. 28.

[3] Gónzalez v., William, Deleuz
e/ Gautari, Caos  filosófico y Control por el
Lenguaje,
en Revista Praxis Filosófica, Nº
15, Santiago de Cali, Universidad del Valle, 2002, p, 43.

[4] Morin, Edgar, ciencia con consciencia,
Anthropos, Barcelona, 1984,  p. 195

[5] Ibid. Pág. 17.

[6] Mejia, Oscar, El Derecho de los
Pueblos, John Rawls, Universidad de los Andes, Bogotá,
1993, pág. 17.

[7] La anarquía responde a una
teoría elaborada pero al igual que el caos se ha
reducido a una simple definición popular. Se considera
que una situación es anárquica cuando carece de
control, concepto lejano de la verdadera dimensión de
esta teoría. Para una visión actualizada de
este concepto recomendamos la lectura de las obras de John
Zerczan.

[8] Balandier, Georges, Ob. Cit.,
Pág. 11.

[9] Gónzalez v., William, Ob. Cit,
p, 43.

[10] Morin, Edgar, Ciencia con
Consciencia,
1ª Edición, Barcelona,  Anthropos,
Pág. 98, 1984.  

[11] Ibidem, pág. 100-101.

[12] Huici Módenes,  Adrian,
Los heraldos de acero, La propaganda de guerra y  sus
medios. Comunicación Social, Sevilla, 2004, p.
41. 

[13] Schifter Isaac, La Ciencia
del Caos, Ob. Cit. Pág. 20.

[14] Morin, Edgar, Ciencia con Conciencia,
Anthropos, 1ª edición, Barcelona, 1984, p.
117.

[15] Ibid. P. 119.

[16]  El comparar la sociedad con un
organismo vivo  permite un lenguaje mediante el cual los
términos extirpar, limpiar, eliminar, purgar, se ven
como prácticas que "sanan" a la "enferma" sociedad.
Esta  forma de interpretar la realidad está
cargada de subjetividad, impide ver las causas y las
consecuencias en  forma objetiva.

[17] Anderson, Perry, Balance del
neoliberalismo: lecciones para la izquierda. La izquierda
ante el fin del milenio, En  Cuadernos
de la invención y la Herencia Santiago
, Ed. Lom –
Arcis, 1996, p. 21.  

[18] Ossa, Carlos, Saberes
Académicos y Modernización
, Bogotá,
Norma, 2003, p. 11.

[19] Huici Módenes, Adrian,
Estrategias de la Persuasión, Mitos y propaganda
política,  Alfar, Sevilla, 19986, p. 184-
185.

[20] Poveda Maria Alejandra, Aguilar Yuly,
"El desplazamiento una bomba, publicado en Ventana
Universitaria, Órgano de publicación de la
Universidad Cooperativa de Colombia, año 1,
número 1, p. 10.

[21] Huici Módenes, Adrian, Ob.
Cit., p. 184. 

[22] La Anomia  entendida como un
sentimiento de aislamiento del individuo, de no
participación en lo social, debido a no contar con los
mecanismos ni las oportunidades para participar en la vida
pública o la realización personal.

[23] Participación Ciudadana, Clave
contra la corrupción, En,  Acción, Revista
de la Cámara de Comercio
de Cali, Nº 048, mayo de 2004, P. 8.

[24] Universidad Pontifica Bolivariana,
Informativo Brújula, Nº 36, noviembre de 2006, p.
3.

[25] Morin, Edgar, Ciencia con Consciencia,
Ob. Cit. P. 286.

[26] Ossa Carlos, Ob. cit. .p.64.

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter